LA MAMADERA
Aparejo tradicional para
pesca a fondo y con corriente.
por
Zapito (del Foro “Cubanos de Pesca”)
Les traigo el croquis de la mamadera, de la forma
que me enseñaron a mí y con algunos aportes míos. Se pueden encontrar muchas
formas de preparar este aparejo para al final lograr el mismo resultado; espero
ser lo suficientemente claro para que lo entiendan. La mamadera no es mas que
dejar un tramo en la línea de pesca, después del plomo que cuelga de otro
pedazo de monofilamento de nailon, que tenga una longitud que podamos variar;
su tamaño puede oscilar entre cinco y hasta doce brazas, se ajusta tomando en
cuenta la fuerza de la corriente que encontremos en el momento que efectuamos
la pesca.
El plomo se coloca colgando en otro pedazo de
monofilamento fino amarrado a una presilla de acero que debe correr libremente
por la línea, se necesita crear un tope que evite que la presilla, que lleva el
plomo colgando, que corre por la línea, llegue al quitavueltas que se encuentra
a solo tres o cuatro brazas del anzuelo, esto se logra enrollando un tramo
pequeño de alambre de cobre, de esos que traen lo pares telefónicos, en el
lugar que queremos que quede retenida.
La mamadera es efectiva tanto para la pesca al
vivo, como para la pesca con carnada muerta a fondo. Cuando la empleamos con
carnadas vivas, a media agua, le podemos dar mas de diez brazas de largo, para
que la carnada nade libremente en la profundidad que la colocamos, en estos
casos se recomienda utilizar “estay” de alambre acerado, para que los peces de
dientes no te lleven anzuelo con carnada viva y todo. Cuando la usamos a fondo
(para el Pargo o la Cubera) le damos una longitud que varía según la fuerza de
la corriente; al plomo también le aumentamos el peso a medida que la corriente
es más fuerte, esto es para que la línea quede lo mas vertical posible, en la
columna de agua, mientras esperamos la picada. En este caso las carnadas pueden
ser vivas, se pueden emplear sardinas, mojarras, jeníguanos, carajuelos, roncos,
doncellas. De todos estos, a los que son bichos de fondo, para que no se puedan
encuevar, los pescadores les cortan la aleta caudal y le pinchan los ojos, para
cegarlos. Cuando son carnadas muertas se encarnan utilizando un encarnador
construido de alambre acerado para pasarle el nailon de la cola a la boca
pegado al espinazo, amarrar el anzuelo y alar para a tras hasta que el anzuelo
quede con su pata dentro de la boca del pez, y afuera, parte del pozo y la
punta.
Es necesario recordar que durante la pesca a
fondo hay que levantar el plomo, por lo menos, una braza arriba para que los
peses no escuchen el sonido que produce el choque de este con las rocas,
recuerden que nuestra embarcación oscila al compás de las olas al flotar en la
superficie. También hay que procurar que la carnada quede reposando sobre el
fondo, no es bueno que la corriente la levante, cuando esto sucede los peces no
la comen y comienza a dar vueltas y forma un enredo tremendo, para evitar esto,
cuando pescamos con corriente fuerte, debemos observar si han aparecido las
llamadas cocas (enredos), en la
línea, si sucede alargamos la longitud de la mamadera hasta que dejen de
aparecer, esto va a pasar aun cuando tenemos colocado un quitavueltas a tres o
cuatro brazas del anzuelo, hablamos de más de diez brazas de línea de nailon.
Creo que con repasar el croquis y leer esta explicación, que trato que sea lo más
clara posible, es suficiente; si no fui claro me dicen y volvemos a explicar
cuantas veces sea necesario.
El diálogo que siguió, luego de este primer mensaje sobre el tema de la
mamadera, mostró el interés de los participantes del foro en este aparejo, no
tan frecuente ni conocido. Un primer participante comentaba que tal vez este
procedimiento de pesca no fuera exclusivo de La Habana; una consulta al Atlas
Etnográfico de Cuba, en formato digital, muestra en el acápite “Artes y
embarcaciones de la pesca marítima” la descripción de la mamadera, incluida
entre las “Líneas de mano y caña”, subtipo “Avíos con plomada”:
Mamadera: f. Avío
de pesca de fondo, especialmente para pargos (Lutjanus spp.) grandes, cuando hay fuerte corriente. Lleva una
plomada de hierro, algo pesada, a cierta distancia del anzuelo, para que el
extremo libre se tienda co la corriente y abarque determinada extensión del
fondo.
En la información gráfica que acompaña el texto, sobre un mapa de la
Isla de Cuba, se documenta el empleo de
la mamadera antes de 1959 en algunas localidades al sur de la provincia de
Pinar del Río y norte de La Habana, y en el año de 1988 ―lo más probable, la
fecha del estudio― solo en el norte
habanero.
Entre algunos otros materiales bibliográficos revisados, se halló una
referencia a este equipo en un libro
de la Academia Nacional de Patrones, 1955, sobre artes y métodos de pesca, por
el Dr. José Alfredo Suarez Caabro. En otro, de fecha más temprana, se lee:
La mamadera, que se usa
mucho para la pesca del pargo criollo, y para pesca general de fondo, por la
noche en mucho agua cuando es muy fuerte la corriente, lleva un plomo grande o
un pedazo de hierro fijado al cordel a varias brazas del azuelo, para que la
parte libre se tienda con los movimientos del agua y recorra alguna extensión
del fondo. Frecuentemente, el hierro empleado como peso es una plancha vieja
del tipo ordinario para ropa. Este avío no lleva alambrada.
El párrafo precedente se ha copiado textual del Dr. Mario Sánchez Roig y
Federico Gómez de la Maza, autores del libro La pesca en Cuba, publicado en 1952, página 104. Un par de páginas
más adelante señala esta fuente que los cordeles empleados ―no fue el
monofilamento de nailon de general uso solo hasta un poco después― eran de los
números 18 al 24, o sea, en el entorno aproximado de las cincuenta a las
setenta libras de resistencia. Precavidos los abuelos, en verdad: la línea
reglamentaria del Torneo Hemingway, para la pesca de agujas en esa época, era
la del ¡número 15!
Zapito, que es activo colaborador del foro, tiene derecho a firmar
sus textos con su nombre propio, si lo desea, pero hasta tanto lo decida
respetaremos el seudónimo escogido. Continúa él la conversación: “Me alegra que
sirva para los demás. Yo tengo la opinión de que aquí, en la Habana, se
utiliza bastante y es bien conocido este método de preparación del avío, casi
todos los pescadores que me enseñaron sobre la mamadera, hoy, están pescando en
embarcaciones pertenecientes a las bases de pesca del río Almendares; en ese
lugar hay mucha gente que la emplea, también los que pescan en corcho (balsa) en
el litoral de Miramar la utilizan bastante. Ahora que usted me habla de lo que
encontró escrito sobre la mamadera me interesa leerlo para ver si hay alguna
diferencia en lo que sabemos nosotros.
¿Es deportiva la
mamadera?
Adde,
otro de los integrantes del foro de este blog, intervenía para comentar si
podía considerarse o no un avío deportivo. En este sentido señalaba el
moderador que existe una tendencia a avalar lo deportivo en los avíos
de vara y carrete, beneficiando con ello el asumir lo que la tecnología
propone, con un sesgo hacia lo comercial del entretenimiento: la adquisición de
avíos, señuelos, etc., etc.
“Tendemos a la deportividad y a las mejores prácticas. Esa es la orientación que creemos posee este foro. Pero desestimar los elementos de la tradición es por completo inapropiado desde el punto de vista cultural: la vara criolla, el cordel a mano y sus diferentes modos de aparejar son usos que han entrado en lo recreativo. Cierto que asimismo hallaremos que desde muy antiguo se ha considerado un pasatiempo pescar con palangre o nasas, cuevear camarones en los ríos y coger langostas a la luz de antorchas, todo lo cual podría documentar si fuera del caso, pero es preciso hacer el deslinde entre la técnica y la intención de quien la emplea, y valorar de algún modo el impacto que se provoca sobre el medio natural.
“El spinning con señuelo artificial ha sido el procedimiento más empleado en los embalses y el que más resultado ofrece sobre las truchas, y las truchas han sido fuertemente impactadas en casi todo el país. El cordel a mano podría emplearse juiciosamente si se hiciera con la conciencia de ponernos un límite al acopiar las capturas o siquiera establecer una talla mínima razonable a los peces que pueden capturarse.
“Tendemos a la deportividad y a las mejores prácticas. Esa es la orientación que creemos posee este foro. Pero desestimar los elementos de la tradición es por completo inapropiado desde el punto de vista cultural: la vara criolla, el cordel a mano y sus diferentes modos de aparejar son usos que han entrado en lo recreativo. Cierto que asimismo hallaremos que desde muy antiguo se ha considerado un pasatiempo pescar con palangre o nasas, cuevear camarones en los ríos y coger langostas a la luz de antorchas, todo lo cual podría documentar si fuera del caso, pero es preciso hacer el deslinde entre la técnica y la intención de quien la emplea, y valorar de algún modo el impacto que se provoca sobre el medio natural.
“El spinning con señuelo artificial ha sido el procedimiento más empleado en los embalses y el que más resultado ofrece sobre las truchas, y las truchas han sido fuertemente impactadas en casi todo el país. El cordel a mano podría emplearse juiciosamente si se hiciera con la conciencia de ponernos un límite al acopiar las capturas o siquiera establecer una talla mínima razonable a los peces que pueden capturarse.
“Nuestra
tendencia nacional a apreciar los peces por su carne no es contemporánea: Poey
y Vilaró no dejaban de destacar desde el siglo XIX la calidad de la carne de
los peces. Lo contemporáneo es el desaforado afán por capturarlo todo, mientras
más, mejor. Y poner en la cuenta de las carencias ―de alimento y liquidez
pecuniaria― la depredación.
“Por la forma en que trabaja la mamadera, estoy por suponer que el pargo se embucha una y otra vez. Muere. Por lo demás, ¿Quién suelta un pargo criollo y dónde? Pero hay que hacer el deslinde entre deporte y acopio de pescado. Si es deporte, debería existir un límite de captura, estimando la talla límite, la época que garantice que el pez haya cumplido su reproducción. Entonces, siendo a cordel y anzuelo como es clásico en el deporte, no hay problema en usar para cobrarlo el aparejo tradicional de cordel a mano (chambel, corredizo o cobrada, o mamadera) o las formas de la vara y carrete.” Y concluye su parte el moderador: “Mientras tanto, examinemos cada modalidad y en todo lo posible demos a conocer en estas páginas los modos cubanos, que para eso hemos logrado existir en la red.”
Puedo apreciar ―señala el autor de esta entrada―, por lo que dicen las citas bibliográficas anteriores, que hoy el aparejo se arma exactamente igual a como se hacía en aquella época, los objetivos que se persiguen son los mismos. Por eso que expone, en lo que escribe, hace mucho tiempo que me hago la misma pregunta una y otra vez. Si sabemos todo eso, sobre todo los que regulan en la pesca lo que se debe y lo que no se debe hacer, por qué hoy aún se le siguen haciendo los cierres, con paño de red, que se emplean en la costa sur de la península de Zapata para la captura de las especies de pargo que en una época señalada del año se sabe que corren por los canales de aquellos bajos en busca de las zonas de apareamiento y desove, sin considerar que cuando pasan en masa por esos lugares no han desovado todavía y esto lo hacen barcos del estado y de pescadores que realizan la pesca de autoconsumo que venden las toneladas que acopian, a muy buen precio, al sistema de mercado actual. ¿Quién puede exponer aquí la verdadera magnitud del daño provocado? La mamadera lleva un solo anzuelo.
“Por la forma en que trabaja la mamadera, estoy por suponer que el pargo se embucha una y otra vez. Muere. Por lo demás, ¿Quién suelta un pargo criollo y dónde? Pero hay que hacer el deslinde entre deporte y acopio de pescado. Si es deporte, debería existir un límite de captura, estimando la talla límite, la época que garantice que el pez haya cumplido su reproducción. Entonces, siendo a cordel y anzuelo como es clásico en el deporte, no hay problema en usar para cobrarlo el aparejo tradicional de cordel a mano (chambel, corredizo o cobrada, o mamadera) o las formas de la vara y carrete.” Y concluye su parte el moderador: “Mientras tanto, examinemos cada modalidad y en todo lo posible demos a conocer en estas páginas los modos cubanos, que para eso hemos logrado existir en la red.”
Puedo apreciar ―señala el autor de esta entrada―, por lo que dicen las citas bibliográficas anteriores, que hoy el aparejo se arma exactamente igual a como se hacía en aquella época, los objetivos que se persiguen son los mismos. Por eso que expone, en lo que escribe, hace mucho tiempo que me hago la misma pregunta una y otra vez. Si sabemos todo eso, sobre todo los que regulan en la pesca lo que se debe y lo que no se debe hacer, por qué hoy aún se le siguen haciendo los cierres, con paño de red, que se emplean en la costa sur de la península de Zapata para la captura de las especies de pargo que en una época señalada del año se sabe que corren por los canales de aquellos bajos en busca de las zonas de apareamiento y desove, sin considerar que cuando pasan en masa por esos lugares no han desovado todavía y esto lo hacen barcos del estado y de pescadores que realizan la pesca de autoconsumo que venden las toneladas que acopian, a muy buen precio, al sistema de mercado actual. ¿Quién puede exponer aquí la verdadera magnitud del daño provocado? La mamadera lleva un solo anzuelo.
El moderador, cuando vuelve a conectarse, apunta su acuerdo con lo
expuesto, recomendando documentar las denuncias, que son inevitables ante
determinadas situaciones, mediante la
mención de fecha, hora,
lugar, datos de embarcaciones o vehículos, además de fotos, cuando proceda.
Corroboración
El domingo 24 de enero, tirando hacia el final la tarde, habíamos salido
en la bicicleta a darle otro tipo de trabajo al cuerpo, que estaba cumpliendo
jornadas de seis horas ante el ordenador desde hacía semanas. Pedaleando un
circuito de una decena de kilómetros, pudimos ver el oleaje del frente frío en
la playuela de La Puntilla, y unos metros más adelante nos recordamos de este
tema cuando pasábamos a la altura del atracadero de embarcaciones privadas de
Santa Fe. Estaba la puerta cerrada, pero al rato llegó un auto con dos
pescadores, y un tercero en ese mismo instante abrió la puerta de acceso al
muelle y ya tuvimos con ellos suficiente para una rápida consulta.
Eran los tres personas de más de cincuenta años, los tres pescadores de
mar. Saludamos, explicamos y tuvimos respuestas. Al principio, surgió cierta
confusión, pues dos, cuando se mencionó la mamadera, dijeron, “Ah, el chambel”.
― No, disculpen ―dejando un poco la posición del que nada sabe para que
el interlocutor se extienda en detalles―, el chambel que conocemos, es el avío
que posee el plomo al extremo de la línea y un reinal con el anzuelo a cierta
altura.
― O dos, o tres anzuelos ―el panel.
―... Sí, porque a veces estás pescando, pica el primero y enseguida
viene otro y pica también.
Eso funciona. Incluso pescando a spinning algunos lo hemos hecho y en
alguna histórica ocasión un cibí y una rabirrubia subieron juntos a la orilla.
No nos desviemos.
― Pensábamos que la mamadera era un avío algo diferente: a la línea se
le pone una plomada más pesada al extremo y el reinal es sumamente largo...
―Una braza lo menos...― dijo, de los tres, el que no había mencionado el
chambel.
―Más.
―Hasta diez ―recuerda ahora el que traía la bicicleta.
―Es así como me han contado que se apareja la mamadera. Un plomo pesado
al extremo y un largo reinal, que se extiende paralelo al fondo.
― Es que se usa cuando hay corriente ―remata el que sí sabe ―, porque en
ese caso si usted emplea un chambel el plomo pesa muy poco y la corriente
fuerte se lo levanta del fondo y arrastra el avío, y usted sigue dando cordel y
cuando viene a ver tiene doscientas brazas fuera del carrete y no le pica nada.
No pesca.
Conversamos todavía un rato, así es entre pescadores. Aquellos que
poseen embarcación salen al mar a hacer un tipo de pesca que emplea boyas. Se
dedican a la aguja y el emperador, básicamente.
―Lo pagan bien.
No se hace pesca deportiva desde embarcación en La Habana. Hay un tipo
de aparejo, en base a una boya y tres bajantes (*) que se deja a la deriva, con
los anzuelos encarnados, pescando lo mismo de día, para la aguja, y de noche
para el emperador. Ahora nos enteramos de que no es el único: también se emplea
un aparejo simple, una línea con su correspondiente boya y un único anzuelo, a
100 o más brazas de profundidad. Pueden soltar hasta 30 a la deriva, para los
mismos peces.
― Usamos también el palangre criollo.
― ¿Cómo es?
― Normal. La madrina, los bajantes con los anzuelos, escalonados de
setenta a ciento veinte brazas. Hasta setenta anzuelos.
― ¿Nadie usa el curricán?
― Cómo no, para el bonito.
Los pescadores de Lista Quinta, o sea, la flota de embarcaciones de
recreo, según la clasificación oficial, son contratados por una entidad estatal
para el abasto de pescado. Es un proceso que comenzó en el año 2007, precedido
de un intento de disolver la Federación Cubana de Pesca Deportiva (**), lo que
finalmente pudo ser evitado. Los propietarios de embarcaciones, y en general
quienes pescan a bordo de ellas, dejaron de ser obligados a portar el carné de
esa asociación para poder embarcarse, con lo cual se corrigió un engendro
normativo vergonzoso. A la vez, ellos se distanciaron de la práctica de la
afición deportivo-recreativa. En este contexto, la mamadera no es de los avíos
más significativos, pero su conocimiento por el aficionado permite integrarla
como una herramienta avalada por la experiencia local, para el momento en que
las condiciones lo requieran. Usada con un anzuelo puede dar piezas
deslumbrantes y su impacto no necesariamente es negativo.
NOTAS
* Autorizado por la Resolución 519/96 del extinto Ministerio de la
Industria Pesquera. Refiriéndose a la pesca de algunos pelágicos, entre ellos
agujas y emperadores, expresa este instrumento legal: “...se podrán utilizar
hasta 10 (diez) chambeles por embarcación; entendiéndose
por chambel el arte de pesca conformado por una boya de la cual penden de uno a
tres bajantes, plomadas y hasta un número máximo permitido de 3 (tres) anzuelos”.
Es obvia la confusión del editor en su momento. Del chambel original, que
constaba de soportes transversales a la línea principal con diversos reinales
para la pesca a fondo (Mario Sánchez Roig y Federico Gómez de la Maza, La pesca en Cuba, 1952, página 104), el
nombre evolucionó hacia su aplicación a un aparejo sencillo que consiste en un
reinal ―o dos― que se empalma a la línea mediante gaza a poca distancia del
plomo, para que el anzuelo quede a cierta distancia del fondo, evitando
enganches y dando visibilidad a la carnada.
** El punto se halla cumplidamente documentado en las páginas 223 a la
229 del libro Pesca deportiva cubana.
Historia y tradición, publicado en 2009 por la editorial Científico
Técnica.
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