POTENCIALIDADES DE LA PESCA A MOSCA EN AGUAS CUBANAS
La técnica de pesca deportiva denominada pesca a mosca, no ha sido hasta el presente de uso común en aguas cubanas.
A pesar de que en la actualidad su empleo es legal en varios torneos cubanos de pesca en los que resulta obligatorio el empleo de la vara y el carrete, tales como los de Spinning y los dedicados a la pesca de la Trucha (Lobina negra boquigrande: Micropterus salmoides), solo se reporta hasta esta fecha su introducción por un competidor en dos ediciones del Torneo Nacional Abierto de Spinning Costero, celebrado en el Sur de la Isla de la Juventud en febrero de 2006 y 2007, y en este último año, por un equipo en el certamen de spinning marítimo embarcado efectuado en Playa Inglés, Cienfuegos.
La Guía del Pescador del año 1954, editada por el periodista Ernesto Aguilera, revela la posición ínfima que ocupaba en el interés de los aficionados cubanos la técnica de pesca a mosca, asimismo conocida como fly, fly fishing o fly casting, según sus denominaciones en idioma inglés. En ese año, “… el Spinning incrementó sus ventas en el territorio nacional hasta lograr un 75% del mercado, mientras el bait y el plug casting absorbían un 24.3% y el fly apenas si alcanzaba un 1%”.
Aunque todavía incompleta, la revisión de las publicaciones que en el país han dado cobertura a la pesca deportiva cubana no ha ofrecido resultado en lo que respecta a informaciones que evidencien empleo o siquiera interés en la técnica de la pesca a mosca entre los aficionados locales. En el transcurso de varios años, se ha consultado las colecciones de las revistas FOTOS, Caza y Pesca y Timón, secciones especializadas en Carteles y en los periódicos El Mundo, Diario de la Marina y otros, publicados hasta 1959, y después de esta fecha ha dado seguimiento a reportes sobre certámenes de esta modalidad deportivo- recreativa como el Torneo Hemingway y otros, en publicaciones como Semanario Deportivo LPV, El Deporte, Mar y Pesca y en la prensa diaria. Durante los últimos veinte años, el autor ha ejercido asimismo el periodismo en forma directa para este tipo de temas en publicaciones como el boletín Rascacio, órgano de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, y las revistas Mar y Pesca, Mar Caribe y Bitácora, esta última nacida de un proyecto en cuya creación participó el autor.
Entre los escasos reportes documentados de utilización del fly en Cuba, debe destacarse el record mundial implantado en Barlovento, La Habana, por el norteamericano Billy Pate con un castero (Makaira nigricans) de 96 libras, capturado a mosca con class tippet de 16 libras en 1979. Y como excepción en lo que se refiere al tratamiento periodístico del tema para el lector cubano, el artículo titulado "La extraña pesca a mosca", publicado en el boletín Rascacio en 1993, por el autor de esta ponencia.
A pesar de que en la actualidad su empleo es legal en varios torneos cubanos de pesca en los que resulta obligatorio el empleo de la vara y el carrete, tales como los de Spinning y los dedicados a la pesca de la Trucha (Lobina negra boquigrande: Micropterus salmoides), solo se reporta hasta esta fecha su introducción por un competidor en dos ediciones del Torneo Nacional Abierto de Spinning Costero, celebrado en el Sur de la Isla de la Juventud en febrero de 2006 y 2007, y en este último año, por un equipo en el certamen de spinning marítimo embarcado efectuado en Playa Inglés, Cienfuegos.
La Guía del Pescador del año 1954, editada por el periodista Ernesto Aguilera, revela la posición ínfima que ocupaba en el interés de los aficionados cubanos la técnica de pesca a mosca, asimismo conocida como fly, fly fishing o fly casting, según sus denominaciones en idioma inglés. En ese año, “… el Spinning incrementó sus ventas en el territorio nacional hasta lograr un 75% del mercado, mientras el bait y el plug casting absorbían un 24.3% y el fly apenas si alcanzaba un 1%”.
Aunque todavía incompleta, la revisión de las publicaciones que en el país han dado cobertura a la pesca deportiva cubana no ha ofrecido resultado en lo que respecta a informaciones que evidencien empleo o siquiera interés en la técnica de la pesca a mosca entre los aficionados locales. En el transcurso de varios años, se ha consultado las colecciones de las revistas FOTOS, Caza y Pesca y Timón, secciones especializadas en Carteles y en los periódicos El Mundo, Diario de la Marina y otros, publicados hasta 1959, y después de esta fecha ha dado seguimiento a reportes sobre certámenes de esta modalidad deportivo- recreativa como el Torneo Hemingway y otros, en publicaciones como Semanario Deportivo LPV, El Deporte, Mar y Pesca y en la prensa diaria. Durante los últimos veinte años, el autor ha ejercido asimismo el periodismo en forma directa para este tipo de temas en publicaciones como el boletín Rascacio, órgano de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, y las revistas Mar y Pesca, Mar Caribe y Bitácora, esta última nacida de un proyecto en cuya creación participó el autor.
Entre los escasos reportes documentados de utilización del fly en Cuba, debe destacarse el record mundial implantado en Barlovento, La Habana, por el norteamericano Billy Pate con un castero (Makaira nigricans) de 96 libras, capturado a mosca con class tippet de 16 libras en 1979. Y como excepción en lo que se refiere al tratamiento periodístico del tema para el lector cubano, el artículo titulado "La extraña pesca a mosca", publicado en el boletín Rascacio en 1993, por el autor de esta ponencia.
Por qué no usábamos el fly.
Salvo un grupo no muy numeroso de guías de pesca que brindan servicios en lugares donde la pesca a mosca es una oferta turística regular, el empleo de esta técnica por aficionados del país podría considerarse nula. Es significativo que incluso algunas de las cañas importadas en tiempos no muy distantes, procedentes del antes llamado "Campo Socialista", tienen características que las revelan como avíos para pescar a mosca, tales como anillas pequeñas y el portacarretes ubicado al pie de la empuñadura; sin embargo, las usábamos con carretes de spinning de la misma procedencia.
Esta ausencia de interés, saldo durante un largo plazo de la falta de información, y que en cierto sentido puede interpretarse como un obvio rechazo, puede deberse a un conjunto de causas que a nivel de hipótesis, para su confirmación en estudios más específicos, podrían ser algunas de las siguientes:
· La pesca a vara y carrete, a pesar de sus avances entre los aficionados cubanos, no constituye todavía una opción mayoritaria. En un muestreo realizado por el autor entre 207 pescadores deportivos entre los años 2000 y 2002, se halló que el 51.2 % empleaba avíos de vara y carrete, y aproximadamente la cuarta parte de todos los encuestados usaba este tipo de equipos de modo exclusivo. En ningún caso se específicó el uso de equipos de pesca a mosca.
· Entre los pescadores deportivos que sí han escogido pescar a vara y carrete, en los últimos tiempos se ha incrementado aún más la preferencia por el spinning que señalaba la Guia del Pescador de 1954. Es significativo que tal avance se produjera entonces en un muy corto período, evidenciando una alta aceptación, pues la misma fuente señala:
"Los ligeros y manuales avíos de Spinning tocaron a nuestras puertas por los alrededores de 1946; pero nosotros rehusamos admitirlos" (p. 26). De manera que en sólo ocho años un artículo de pesca pasó de no admitido a absolutamente preferido.
· Hasta bien avanzado el siglo XX, la pesca a mosca era concebida internacionalmente como una técnica eminentemente fluvial, destinada con preferencia a la captura de especies como las truchas verdaderas (Salmo spp.), cuya introducción en Cuba se intentó sin exito durante la primera mitad del siglo XX.
· Los extranjeros que venían a Cuba a pescar antes de 1959, quienes podrian ser considerados como potenciales introductores de esta técnica, eran en su mayoría fanáticos de la pesca de agujas con avíos de trolling, en lo cual seguían los dictados del novelista Ernest Hemingway en sus crónicas para Esquire y otras publicaciones norteamericanas a partir de 1933 (Ver: "Marlin off Cuba", 1935). Eventualmente se dedicaban a la pesca del black bass (Lobina negra boquigrande, Micropterus salmoides, llamada trucha por nosotros) en la Ciénaga de Zapata o la Laguna de Ariguanabo , por lo general con avíos de baitcasting, o a la del sábalo (Tarpon atlanticus) en Batabanó o Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud, pero no se ha hallado reporte de que en alguno de esos casos se haya usado vara y carrete de fly.
· Las aguas interiores del territorio nacional, formadas en su mayor parte por lagunas y rios estrechos y rodeados de arboles y manigua, no se prestaban en general para esta técnica que requiere de un área de relativa amplitud para el desarrollo de los movimientos de lanzado. Solo a partir de 1963 comienza la construcción masiva de embalses, en su mayoría preferidos hoy por los aficionados para la pesca de la trucha criolla o sea, black bass.
· Costo mucho más elevado de los equipos de fly en relación con los de spinning.
· Dificultad para conseguir los equipos en Cuba. En la experiencia del autor, durante los primeros momentos en que comenzó a organizar sus avíos comprobó que la oferta comercial, aunque exclusivamente hallada en establecimientos que venden en moneda libremente convertible, carece de coherencia en lo que respecta a avios de pesca. La caña (una Tterson 5-7 wt) fue adquirida en la tienda náutica en la Marina Hemingway, donde no había carretes ni otros aparejos para completar el avío. En un establecimiento de La Habana Vieja, se halló un carrete (Masao, 3-4 wt), pero no vara, ni tampoco carrete de otra numeración que fuera adecuado para la caña adquirida. No se halló oferta de "cola de rata", backing ni moscas, aunque se supo de una oferta de kits de montaje.
· Otro aspecto, en cuya completa fundamentación tendrían que entrar teorizaciones psicosociales que son por completo ajenas a las capacidades del autor, se referirían a tendencias en el carácter del cubano que lo inclinan más a identificarse con el dinamismo y sencillez técnica del spinning, que con las complejidades en el lanzado, más mesurado ritmo de pesca y productividad marcadamente inferior de la mosca, que además exige un dominio más versátil de los señuelos y de las reacciones de los peces para lograr un mediano éxito en las acciones de pesca.
Probabilidades para la introducción de la pesca a mosca
A partir de las propuestas contenidas en un Proyecto del Parque Nacional Ciénaga de Zapata, que toma en cuenta la pesca deportiva en sus potencialidades como herramienta de educación ambiental, el autor se dio a la tarea de investigar en qué medida es aplicable esta técnica en las aguas cubanas, tomando en cuenta los siguientes presupuestos:
· La pesca a mosca ha devenido una técnica más aplicable a la pesca marítima hacia finales del siglo XX.
· El notable incremento del espejo de agua embalsada durante las últimas cuatro décadas en el país, lo cual ofrece de manera accesible a prácticamente todas las localidades del país, acuatorios con espacio apropiado para el lanzado a mosca; si bien es de advertir, que el estado de las respectivas poblaciones ictícolas, para identificar las posibilidades de exito, tendría que ser objeto de otros estudios.
· El avance de la masa de afiliados en la asimilación de las técnicas de vara y carrete, lo que permite estimar más factible la aceptación de la pesca a mosca, bajo la óptica de un mayor desarrollo técnico de esta actividad deportivo recreativa en el país.
· El estado satisfactorio del nivel educacional de la población cubana, la política medioambiental del Estado cubano y la difusión por los medios de prensa, radio y televisión de mensajes conservacionistas en relación con la naturaleza, cuestiones que promueven un margen de interés social hacia una técnica de pesca cuyo atractivo se basa en exigencias intelectuales y de mayor entrenamiento en su manipulación, interrelación más consciente con el medio natural, menos captura y declarada tendencia a liberar los peces.
Como respaldo a la posibilidad real de lograr la aplicación de las técnicas de pesca a mosca en aguas cubanas, se llevó a cabo la revisión de los registros de records mundiales de esta modalidad, publicados cada año por la International Game Fish Association (IGFA), con vistas a la identificación entre los especimenes reconocidos, de especies presentes en aguas cubanas. Las Reglas para la pesca a mosca se muestran en el Anexo I de esta ponencia.
Fue revisada la edición 2004 del anuario World Record Game Fishes, publicado por la IGFA, por ser la más reciente de las que tuvo acceso el autor. Se halló un total de 1 342 records reconocidos (1) en los listados titulados IGFA Freshwater Fly Rod World Records e IGFA Saltwater Fly Rod World Records, que incluían ambos los reportes que alcanzaron la indicada categoría en agua dulce y salada, hasta el primero de noviembre de 2003. El mencionado conjunto de records se aplican a un total de:
Especies fluviales: 99
Especies marítimas: 112
El cotejo de las especies del registro internacional con las existentes en las aguas de Cuba fue realizado sobre la base de los nombres científicos y su confirmación mediante consulta con obras de autoridad en la rama de la Ictiología en Cuba (2). Como resultado de esta consulta se hallaron como coincidentes:
Fluviales: 7 especies
Marítimas: 43 especies
Como adelanto de una nueva fase de investigación, en el terreno, para comprobar la factibilidad de la introducción de la pesca a mosca en Cuba, el autor realizó durante 2006 los primeros ensayos con esta técnica, usando en algunos casos patrones de moscas elaborados por sí mismo. Tales ensayos prácticos han dado como resultado la captura de 111 ejemplares de 15 especies de peces marítimos y 4 fluviales.
La agrupación por familias sistemáticas de las capturas a mosca de ese período ofreció la siguiente composición ictiológica:
Marítimas
Carangidae…………………..26
Lutjanidae…………………...24
Sphyraenidae…………………6
Haemulidae…………………...4
Centropomidae……………….3
Belonidae……………………..1
Eleotridae (Guabina)………….1
Pomacentridae (Chopita)……..1
Total 66
Fluviales
Centrarquidae………………...23
Cichlidae……………………..22
Total 45
Conclusiones
1. Mediante cotejos bibliográficos se concluyó que 43 especies de peces marítimos y 7 fluviales, presentes en los records internacionales de pesca a mosca, se hallan en aguas cubanas, elemento que ofrece la primera indicación de que esta técnica tiene aplicación en el país.
2. Prácticas realizadas por el autor en áreas de pesca de acceso común para el aficionado cubano, como costas, canales, esteros, rios y embalses, evidenciaron que las técnicas de pesca a mosca son factibles para la captura de especies de peces que regularmente son cobradas con carnada o con señuelos artificiales manipulados a spinning o eventualmente con otras técnicas de vara y carrete (3).
3. Aunque el tema tendrá que ser materia para un trabajo específico, algunos intentos de montaje de mosca con materiales comunes en el país, mostró resultados atendibles, lo cual debe adicionarse a los criterios de factibilidad de esta técnica en el país, al no tener que depender totalmente de montajes importados, lo cual encarecería la introducción de la pesca a mosca o limitaría su extensión.
Notas
1. De ese total, fueron 498 fluviales, que se otorgan indistintamente a hombres y mujeres, y 844 marítimos, de estos 571 masculinos y 273 femeninos.
2. Véase bibliografía.
3. A fin de obtener una correcta valoración de los datos del referido ensayo, debe
tomarse en cuenta que el autor, quien realizó personalmente las capturas
recogidas en la estadística, es todavía un principiante en la pesca a mosca.
Utilizando un equipo de dicha modalidad, obtuvo en el 2006 la posición 29 en
el Torneo Nacional abierto de spinning marítimo en la Isla de la Juventud, y la
posición 22 en el Torneo abierto de la pesca a mosca ZapataFly2006. La
existencia de competidores con superiores habilidades –lo demuestra el
segundo de los certámenes mencionados-, constituye un reforzamiento de la
tesis de este trabajo, en el sentido de la aplicabilidad de la modalidad de pesca
a mosca en Cuba.
Bibliografía
· International Game Fish Association: 2004 World Record Game Fishes, Florida, USA, 2004.
· Guitart, Darío J.: Sinopsis de los peces marinos de Cuba, La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1974-1978.
· Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD); Dirección Nacional de Recreación, INDER: XXVI Torneo Nacional de la Aguja Ernest Hemingway (Contiene la relación de Records Nacionales de Pesca Deportiva vigentes en 1990).
Agradecimientos
El autor reconoce que su introducción en la pesca a mosca ha sido alentado espiritual y materialmente por un buen número de personas. En el origen de tal cadena de amigos se halla el guía de pesca de Cayo Las Brujas Ulises Manso quien tuvo en 2003 la feliz idea de sugerirme que visitara el Parque Nacional Cienaga de Zapata. En este sitio debo mucho a mucha gente, pues su director, Lázaro Cotayo, nos abrió las puertas con entusiasmo y colaboró personalmente en el primer reportaje. Lázaro Viñola merece un lugar especial en estas gratitudes, pues ha ofrecido generosamente su tiempo y ejercido como guía, instructor, consultante y compañero de pesca en incontables ocasiones, además de haber puesto a disposición su propio hogar para que este reportero llevara adelante el aprendizaje necesario para lo que ha pasado ya por las etapas de reportaje periodístico, ponencia y será un libro algún día. Lázaro Williams Viñola fue -¡a los nueve años!- uno de nuestros instructores de lanzado. En Las Salinas y el río Hatiguanico, excelentes zonas de pesca del fascinante humedal de Zapata, he tenido la cordial acogida de todos. Ser juez y competidor en los torneos de Las Salinas ha sido un honor del cual esperamos ser algún día plenos merecedores.
Doy gracias a todos los que nos ayudaron a contar con los medios para esta investigación y muchas horas de disfrute: Marcos, Jorge Ernesto, Iván Menéndez, Rolando (del Club de La Lisa), Felipe Rodríguez del Hatiguanico, Quintín, Samuel, Leyva de Centro Habana, El Borra (Rosendo Cabrera), Yosvany El Chapa Cabrera y a todos los antes mencionados y a otros más, entre ellos los miembros del ejecutivo nacional y la filial municipal en La Lisa de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, por habernos dado el aliento y la simpatía que son el alimento principal de todo intento nuevo.
Mis colegas de la prensa, el norteamericano Walter P. Jennings y el español José Manuel González López, y durante muchos años la International Game Fish Association, IGFA, en particular su ex- presidente Michael Leech, hicieron sistemáticos envíos de revistas y catálogos al autor, los que han dado a este trabajo y los que están en marcha un invaluable respaldo documental. Parte de ese patrimonio ha sido cedido a la Federación Cubana de Pesca Deportiva para su empleo social.
De todos los motivos para este agradecimiento, el principal de todos es haber tenido la posibilidad de crear junto a todos ustedes algo nuevo y bello, un valor para que lo disfruten nuestros compatriotas y visitantes y todo aquel que pretenda acercarse a la naturaleza con respeto. Gracias, entonces, por permitirnos humildemente aportar algo a los demás.
NOTA.- Este artículo fue uno de los trabajos presentados a debate en el Taller teórico del 1er Torneo Abierto de la Pesca a Mosca Zapatafly2006, celebrado en el Parque Nacional Ciénaga de Zapata en septiembre de 2006.
Salvo un grupo no muy numeroso de guías de pesca que brindan servicios en lugares donde la pesca a mosca es una oferta turística regular, el empleo de esta técnica por aficionados del país podría considerarse nula. Es significativo que incluso algunas de las cañas importadas en tiempos no muy distantes, procedentes del antes llamado "Campo Socialista", tienen características que las revelan como avíos para pescar a mosca, tales como anillas pequeñas y el portacarretes ubicado al pie de la empuñadura; sin embargo, las usábamos con carretes de spinning de la misma procedencia.
Esta ausencia de interés, saldo durante un largo plazo de la falta de información, y que en cierto sentido puede interpretarse como un obvio rechazo, puede deberse a un conjunto de causas que a nivel de hipótesis, para su confirmación en estudios más específicos, podrían ser algunas de las siguientes:
· La pesca a vara y carrete, a pesar de sus avances entre los aficionados cubanos, no constituye todavía una opción mayoritaria. En un muestreo realizado por el autor entre 207 pescadores deportivos entre los años 2000 y 2002, se halló que el 51.2 % empleaba avíos de vara y carrete, y aproximadamente la cuarta parte de todos los encuestados usaba este tipo de equipos de modo exclusivo. En ningún caso se específicó el uso de equipos de pesca a mosca.
· Entre los pescadores deportivos que sí han escogido pescar a vara y carrete, en los últimos tiempos se ha incrementado aún más la preferencia por el spinning que señalaba la Guia del Pescador de 1954. Es significativo que tal avance se produjera entonces en un muy corto período, evidenciando una alta aceptación, pues la misma fuente señala:
"Los ligeros y manuales avíos de Spinning tocaron a nuestras puertas por los alrededores de 1946; pero nosotros rehusamos admitirlos" (p. 26). De manera que en sólo ocho años un artículo de pesca pasó de no admitido a absolutamente preferido.
· Hasta bien avanzado el siglo XX, la pesca a mosca era concebida internacionalmente como una técnica eminentemente fluvial, destinada con preferencia a la captura de especies como las truchas verdaderas (Salmo spp.), cuya introducción en Cuba se intentó sin exito durante la primera mitad del siglo XX.
· Los extranjeros que venían a Cuba a pescar antes de 1959, quienes podrian ser considerados como potenciales introductores de esta técnica, eran en su mayoría fanáticos de la pesca de agujas con avíos de trolling, en lo cual seguían los dictados del novelista Ernest Hemingway en sus crónicas para Esquire y otras publicaciones norteamericanas a partir de 1933 (Ver: "Marlin off Cuba", 1935). Eventualmente se dedicaban a la pesca del black bass (Lobina negra boquigrande, Micropterus salmoides, llamada trucha por nosotros) en la Ciénaga de Zapata o la Laguna de Ariguanabo , por lo general con avíos de baitcasting, o a la del sábalo (Tarpon atlanticus) en Batabanó o Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud, pero no se ha hallado reporte de que en alguno de esos casos se haya usado vara y carrete de fly.
· Las aguas interiores del territorio nacional, formadas en su mayor parte por lagunas y rios estrechos y rodeados de arboles y manigua, no se prestaban en general para esta técnica que requiere de un área de relativa amplitud para el desarrollo de los movimientos de lanzado. Solo a partir de 1963 comienza la construcción masiva de embalses, en su mayoría preferidos hoy por los aficionados para la pesca de la trucha criolla o sea, black bass.
· Costo mucho más elevado de los equipos de fly en relación con los de spinning.
· Dificultad para conseguir los equipos en Cuba. En la experiencia del autor, durante los primeros momentos en que comenzó a organizar sus avíos comprobó que la oferta comercial, aunque exclusivamente hallada en establecimientos que venden en moneda libremente convertible, carece de coherencia en lo que respecta a avios de pesca. La caña (una Tterson 5-7 wt) fue adquirida en la tienda náutica en la Marina Hemingway, donde no había carretes ni otros aparejos para completar el avío. En un establecimiento de La Habana Vieja, se halló un carrete (Masao, 3-4 wt), pero no vara, ni tampoco carrete de otra numeración que fuera adecuado para la caña adquirida. No se halló oferta de "cola de rata", backing ni moscas, aunque se supo de una oferta de kits de montaje.
· Otro aspecto, en cuya completa fundamentación tendrían que entrar teorizaciones psicosociales que son por completo ajenas a las capacidades del autor, se referirían a tendencias en el carácter del cubano que lo inclinan más a identificarse con el dinamismo y sencillez técnica del spinning, que con las complejidades en el lanzado, más mesurado ritmo de pesca y productividad marcadamente inferior de la mosca, que además exige un dominio más versátil de los señuelos y de las reacciones de los peces para lograr un mediano éxito en las acciones de pesca.
Probabilidades para la introducción de la pesca a mosca
A partir de las propuestas contenidas en un Proyecto del Parque Nacional Ciénaga de Zapata, que toma en cuenta la pesca deportiva en sus potencialidades como herramienta de educación ambiental, el autor se dio a la tarea de investigar en qué medida es aplicable esta técnica en las aguas cubanas, tomando en cuenta los siguientes presupuestos:
· La pesca a mosca ha devenido una técnica más aplicable a la pesca marítima hacia finales del siglo XX.
· El notable incremento del espejo de agua embalsada durante las últimas cuatro décadas en el país, lo cual ofrece de manera accesible a prácticamente todas las localidades del país, acuatorios con espacio apropiado para el lanzado a mosca; si bien es de advertir, que el estado de las respectivas poblaciones ictícolas, para identificar las posibilidades de exito, tendría que ser objeto de otros estudios.
· El avance de la masa de afiliados en la asimilación de las técnicas de vara y carrete, lo que permite estimar más factible la aceptación de la pesca a mosca, bajo la óptica de un mayor desarrollo técnico de esta actividad deportivo recreativa en el país.
· El estado satisfactorio del nivel educacional de la población cubana, la política medioambiental del Estado cubano y la difusión por los medios de prensa, radio y televisión de mensajes conservacionistas en relación con la naturaleza, cuestiones que promueven un margen de interés social hacia una técnica de pesca cuyo atractivo se basa en exigencias intelectuales y de mayor entrenamiento en su manipulación, interrelación más consciente con el medio natural, menos captura y declarada tendencia a liberar los peces.
Como respaldo a la posibilidad real de lograr la aplicación de las técnicas de pesca a mosca en aguas cubanas, se llevó a cabo la revisión de los registros de records mundiales de esta modalidad, publicados cada año por la International Game Fish Association (IGFA), con vistas a la identificación entre los especimenes reconocidos, de especies presentes en aguas cubanas. Las Reglas para la pesca a mosca se muestran en el Anexo I de esta ponencia.
Fue revisada la edición 2004 del anuario World Record Game Fishes, publicado por la IGFA, por ser la más reciente de las que tuvo acceso el autor. Se halló un total de 1 342 records reconocidos (1) en los listados titulados IGFA Freshwater Fly Rod World Records e IGFA Saltwater Fly Rod World Records, que incluían ambos los reportes que alcanzaron la indicada categoría en agua dulce y salada, hasta el primero de noviembre de 2003. El mencionado conjunto de records se aplican a un total de:
Especies fluviales: 99
Especies marítimas: 112
El cotejo de las especies del registro internacional con las existentes en las aguas de Cuba fue realizado sobre la base de los nombres científicos y su confirmación mediante consulta con obras de autoridad en la rama de la Ictiología en Cuba (2). Como resultado de esta consulta se hallaron como coincidentes:
Fluviales: 7 especies
Marítimas: 43 especies
Como adelanto de una nueva fase de investigación, en el terreno, para comprobar la factibilidad de la introducción de la pesca a mosca en Cuba, el autor realizó durante 2006 los primeros ensayos con esta técnica, usando en algunos casos patrones de moscas elaborados por sí mismo. Tales ensayos prácticos han dado como resultado la captura de 111 ejemplares de 15 especies de peces marítimos y 4 fluviales.
La agrupación por familias sistemáticas de las capturas a mosca de ese período ofreció la siguiente composición ictiológica:
Marítimas
Carangidae…………………..26
Lutjanidae…………………...24
Sphyraenidae…………………6
Haemulidae…………………...4
Centropomidae……………….3
Belonidae……………………..1
Eleotridae (Guabina)………….1
Pomacentridae (Chopita)……..1
Total 66
Fluviales
Centrarquidae………………...23
Cichlidae……………………..22
Total 45
Conclusiones
1. Mediante cotejos bibliográficos se concluyó que 43 especies de peces marítimos y 7 fluviales, presentes en los records internacionales de pesca a mosca, se hallan en aguas cubanas, elemento que ofrece la primera indicación de que esta técnica tiene aplicación en el país.
2. Prácticas realizadas por el autor en áreas de pesca de acceso común para el aficionado cubano, como costas, canales, esteros, rios y embalses, evidenciaron que las técnicas de pesca a mosca son factibles para la captura de especies de peces que regularmente son cobradas con carnada o con señuelos artificiales manipulados a spinning o eventualmente con otras técnicas de vara y carrete (3).
3. Aunque el tema tendrá que ser materia para un trabajo específico, algunos intentos de montaje de mosca con materiales comunes en el país, mostró resultados atendibles, lo cual debe adicionarse a los criterios de factibilidad de esta técnica en el país, al no tener que depender totalmente de montajes importados, lo cual encarecería la introducción de la pesca a mosca o limitaría su extensión.
Notas
1. De ese total, fueron 498 fluviales, que se otorgan indistintamente a hombres y mujeres, y 844 marítimos, de estos 571 masculinos y 273 femeninos.
2. Véase bibliografía.
3. A fin de obtener una correcta valoración de los datos del referido ensayo, debe
tomarse en cuenta que el autor, quien realizó personalmente las capturas
recogidas en la estadística, es todavía un principiante en la pesca a mosca.
Utilizando un equipo de dicha modalidad, obtuvo en el 2006 la posición 29 en
el Torneo Nacional abierto de spinning marítimo en la Isla de la Juventud, y la
posición 22 en el Torneo abierto de la pesca a mosca ZapataFly2006. La
existencia de competidores con superiores habilidades –lo demuestra el
segundo de los certámenes mencionados-, constituye un reforzamiento de la
tesis de este trabajo, en el sentido de la aplicabilidad de la modalidad de pesca
a mosca en Cuba.
Bibliografía
· International Game Fish Association: 2004 World Record Game Fishes, Florida, USA, 2004.
· Guitart, Darío J.: Sinopsis de los peces marinos de Cuba, La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1974-1978.
· Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD); Dirección Nacional de Recreación, INDER: XXVI Torneo Nacional de la Aguja Ernest Hemingway (Contiene la relación de Records Nacionales de Pesca Deportiva vigentes en 1990).
Agradecimientos
El autor reconoce que su introducción en la pesca a mosca ha sido alentado espiritual y materialmente por un buen número de personas. En el origen de tal cadena de amigos se halla el guía de pesca de Cayo Las Brujas Ulises Manso quien tuvo en 2003 la feliz idea de sugerirme que visitara el Parque Nacional Cienaga de Zapata. En este sitio debo mucho a mucha gente, pues su director, Lázaro Cotayo, nos abrió las puertas con entusiasmo y colaboró personalmente en el primer reportaje. Lázaro Viñola merece un lugar especial en estas gratitudes, pues ha ofrecido generosamente su tiempo y ejercido como guía, instructor, consultante y compañero de pesca en incontables ocasiones, además de haber puesto a disposición su propio hogar para que este reportero llevara adelante el aprendizaje necesario para lo que ha pasado ya por las etapas de reportaje periodístico, ponencia y será un libro algún día. Lázaro Williams Viñola fue -¡a los nueve años!- uno de nuestros instructores de lanzado. En Las Salinas y el río Hatiguanico, excelentes zonas de pesca del fascinante humedal de Zapata, he tenido la cordial acogida de todos. Ser juez y competidor en los torneos de Las Salinas ha sido un honor del cual esperamos ser algún día plenos merecedores.
Doy gracias a todos los que nos ayudaron a contar con los medios para esta investigación y muchas horas de disfrute: Marcos, Jorge Ernesto, Iván Menéndez, Rolando (del Club de La Lisa), Felipe Rodríguez del Hatiguanico, Quintín, Samuel, Leyva de Centro Habana, El Borra (Rosendo Cabrera), Yosvany El Chapa Cabrera y a todos los antes mencionados y a otros más, entre ellos los miembros del ejecutivo nacional y la filial municipal en La Lisa de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, por habernos dado el aliento y la simpatía que son el alimento principal de todo intento nuevo.
Mis colegas de la prensa, el norteamericano Walter P. Jennings y el español José Manuel González López, y durante muchos años la International Game Fish Association, IGFA, en particular su ex- presidente Michael Leech, hicieron sistemáticos envíos de revistas y catálogos al autor, los que han dado a este trabajo y los que están en marcha un invaluable respaldo documental. Parte de ese patrimonio ha sido cedido a la Federación Cubana de Pesca Deportiva para su empleo social.
De todos los motivos para este agradecimiento, el principal de todos es haber tenido la posibilidad de crear junto a todos ustedes algo nuevo y bello, un valor para que lo disfruten nuestros compatriotas y visitantes y todo aquel que pretenda acercarse a la naturaleza con respeto. Gracias, entonces, por permitirnos humildemente aportar algo a los demás.
NOTA.- Este artículo fue uno de los trabajos presentados a debate en el Taller teórico del 1er Torneo Abierto de la Pesca a Mosca Zapatafly2006, celebrado en el Parque Nacional Ciénaga de Zapata en septiembre de 2006.